Cámara de Comercio Exterior San Juan Cámara de Comercio Exterior San Juan
06/06/2023

EL COMERCIO EXTERIOR ARGENTINO ANTE UNA CRISIS TRASCENDENTAL

Tras la decisión del Banco Central de establecer no sólo la necesidad de tramitar una SIRASE para el pago de los fletes sino también de diferir su pago por 90 días nos encontramos ante una difícil situación que puede llevar a la parálisis del comercio exterior.




 

A finales de abril el BCRA tomó una decisión polémica: mediante la Comunicación A 7746 introdujo una serie de cambios en el pago de los servicios, en particular, afectando el pago de los fletes internacionales que se fueron reforzando en las últimas semanas con la Comunicación A 7771.

¿Qué modificaciones implementó la nueva normativa?

Se estableció que cuando se traten de agentes locales que recauden en el país fondos correspondientes a servicios prestados por no residentes y estos correspondan a servicios de fletes (S02) y otros servicios de transporte (S04) se deberán aguardar NOVENTA (90) días corridos desde la fecha efectiva de prestación del servicio. Asimismo, se sumó que para el pago del concepto S02 (Servicios de Fletes) se deberá tramitar una SIRASE.

En modificaciones anteriores, ya se había establecido que la ADMINISTRACIÓN FEDERAL DE INGRESOS PÚBLICOS (AFIP) y la SECRETARÍA DE COMERCIO deberían pronunciarse en un plazo no mayor a SESENTA (60) días corridos, contado desde la carga de la información en el Sistema de Importaciones de la República Argentina y Pagos de Servicios al Exterior (SIRASE). Sin embargo, la AFIP y la SECRETARÍA DE COMERCIO podrán ampliar fundadamente el referido plazo por idéntico término, cuando la complejidad de la cuestión así lo amerite.

Quienes deseen acceder antes del plazo establecido podrían hacerlo recurriendo a financiamiento externo. Algo que no es fácil y que implica un alto riesgo ante un escenario como el actual.

¿Qué trajo consigo la aplicación de esta normativa?

Un verdadero caos. Porque las navieras y los agentes de carga empezaron a realizar consultas y a evaluar cómo podían seguir operando. Pero también trajo incertidumbre para los importadores y para los exportadores, quienes no sabían qué iba a pasar con las cargas que estaban navegando, con aquellas que estaban en origen esperando o con las ventas ya pautadas desde nuestro país.

En primer lugar, se pensó que la medida iba a golpear y fuerte a los importadores, pero la realidad es que nos afecta a todos: a los importadores, a los exportadores, a la industria nacional en su conjunto.

¿Por qué? Porque poco a poco se comenzaron a recibir informes de parte de los agentes de cargas o mails de las navieras donde notificaban a sus clientes de que no continuarían aceptando pagos de manera local. Y los pocos proveedores que lo hacen, en general, han informado que los pagos recibidos por transferencias bancarias serán imputados como pagos a cuenta. En otros casos, han indicado que procederán a realizar los cobros, pero al momento de poder acceder al mercado, en función del tipo de cambio que se les aplique realizarán el correspondiente ajuste.

Del lado de muchos importadores que ya operaban usando INCOTERM CFR o CIF, también hubo zozobra. Muchos creían que ahora además de tramitar la SIRA iban a tener que generar una SIRASE. Pero no, no es necesario. Cuando uno compra CFR o CIF, el pago se sigue realizando como hasta ahora, utilizando sólo la SIRA.

¿Qué va a pasar con las importaciones?

A aquellos importadores cuyos proveedores del servicio ya les informaron que no podrán pagar de manera local y tienen cargas navegando, no saben cómo solucionar el problema porque tramitar una SIRASE para pagar un flete marítimo puede demorar dos meses en ser aprobada. Y quizás el buque llega en pocos días. Obviamente que, sin haber cancelado el servicio el importador no tendrá el libre deuda necesario para poder retirar el BL y proceder con la nacionalización de la mercadería. Para aquellas firmas que están en esta situación la angustia es muy grande. Las demoras a la hora de hacerse de los bienes pueden provocar no sólo rupturas de stocks sino también paradas de planta por falta de insumos o repuestos para una maquinaria.

Desde el punto de vista portuario, no nos tenemos que olvidar que, si la mercadería llega a nuestro país, y no se puede retirar el documento de transporte, la misma quedará esperando lo cual generará un incremento en los costos por el almacenaje. ¿Cuánto puede llegar a perder una empresa que tiene su mercadería esperando dos o tres meses para disponer de la misma? Porque no es sólo el costo logístico sino también el lucro cesante.

Por otro lado, están aquellas empresas que estaban gestionando una compra, y que deben ahora solicitarle al proveedor que revea la cotización realizada e incluya el flete y esto genera otro problema: si después de meses se logró la aprobación de la SIRA, es probable que ésta ya no te sirva porque la información no coincide y deba gestionarse una nueva, y esperar nuevamente que sea aprobada.

Para las empresas argentinas que compran al exterior acaban de quedar bloqueados INCOTERMS como EXW, FOB, FCA o FAS. Necesariamente, se deberán pedir cotizaciones de mínima CFR (Costo y Flete) o CIF (Costo, Seguro y Flete).

Esto implica que los importadores deberán plantear nuevas condiciones al momento de negociar con quienes los proveen en el exterior puesto que, ahora no se podrán aceptar cotizaciones que no consideren el costo del flete. Y no todos los proveedores internacionales están habituados a ofrecer este servicio.

¿Y los exportadores?

El impacto puede llegar a ser doble. Porque tendrán que ofrecerles a sus clientes en el exterior cotizaciones EXW o FOB/FCA o FAS, ya no podrán tratar de ganar competitividad con INCOTERMS que avancen sobre la logística internacional ofreciendo un servicio diferenciado. Y, por otro lado, tenemos el factor costo. Si las importaciones disminuyen, y empieza a haber menor frecuencia en la llegada de buques esto hará que haya menos espacio disponible para que las exportaciones argentinas lleguen al resto del mundo, lo cual hará que suba el valor del flete internacional.

Pero más allá de los costos, también hay que pensar en los tiempos y en la industria nacional que abastece no sólo el mercado local, sino que genera exportaciones. Si los buques tienen problemas para venir, entonces habrá menos frecuencia para poder sacar las cargas al exterior de nuestras empresas, y todos sabemos que en el comercio exterior el tiempo es vital, puede dejarte afuera de un negocio. Por otro lado, si los contenedores quedan parados en puerto esperando que la mercadería que llegó pueda nacionalizarse habrá menos disponibilidad para que las Manufacturas de Origen Industrial (MOI), que son las que tienen mayor valor agregado puedan salir al mundo y cumplir con las obligaciones asumidas.

El comercio exterior argentino ante un punto de inflexión

La situación de las reservas argentinas es dramática, y de eso nadie tiene dudas, pero tomar al comercio exterior como rehén, y sacrificarlo en post de sostener una realidad paralela no es la solución. Además, implica poseer un bajo conocimiento de la relevancia de éste para el funcionamiento de la economía nacional.

Más allá de que la decisión de postergar el pago de los fletes puede llevar a la quiebra a muchas empresas directamente vinculadas con este servicio, o al cierre de filiales locales de empresas internacionales, lo cual traería una enorme pérdida de puestos de trabajo; también tendrá un impacto general en toda la cadena de actividades que se vinculan con el comercio exterior como en la producción nacional. Si caen las importaciones, y las exportaciones – algo que viene sucediendo -, esto implica menos trabajo para los despachantes, para los gestores, para las empresas aseguradoras, y para otro montón de actividades vinculadas, que para sobrevivir deberán ajustarse.

¿Qué puede pasar con una empresa cuya carga queda dos o tres meses retenida en el puerto porque no puede acceder a la SIRASE para pagarle al proveedor del flete en el exterior? Alguna podrá absorber quizás el daño, pero otras se quedarán en el camino. Sí, una firma importadora puede fundirse por una medida como la impuesta. Tengamos en cuenta además que, en la mayoría de los casos, hasta tanto no se hace el despacho a plaza no se puede conocer el plazo definitivo de acceso al mercado y pagar la importación. Por lo que, si se demora dos o tres meses en nacionalizar, y después a una empresa se le otorga plazo de 60 o 90 días, el proveedor internacional va a tener que esperar más de seis meses en cobrar. ¿Cómo uno le explica a una persona de otro país con la que se había negociado una cosa que ahora de manera arbitraria el Banco Central cambió las condiciones y ya no se podrá cumplir con lo pactado?

¿Y los exportadores? ¿Qué pasa con aquellos que tienen una venta ya pautada, con condición CIF, y que ahora se encuentran con que no pueden pagar el flete de manera local? ¿Cómo van a cumplir con el cliente del exterior? ¿Qué hace una empresa exportadora que cobró un anticipo por una exportación que hoy no sabe cómo va a hacer para honrar? La confianza es algo que tarda mucho tiempo en forjarse, y que en un segundo se pierde para siempre. La relación comercial puede intentar recomponerse, pero no será la misma jamás. Tengamos en cuenta que cada negocio que se cae, cada hueco que deja una empresa argentina es ocupado por otra, de otro país totalmente diferente, y probablemente ya no se recupere.

Para exportar necesitamos producir. Para fabricar necesitamos maquinarias, repuestos e insumos. Muchos llegan desde el exterior por lo que, es vital que las importaciones fluyan. Para poder enviar nuestros productos necesitamos que los buques arriben a nuestros puertos, y estos vienen a traer cargas. Nadie viene desde Asia o desde Europa con la bodega vacía. Argentina está lejos de los principales centros de producción y de consumo del mundo, es una desventaja que tenemos con respecto a otros países. La logística tiene que ser nuestra aliada, para no perder competitividad y hoy gracias a una disposición de la autoridad monetaria se ha transformado en una pesadilla.

Hoy más que nunca podemos decir que el comercio exterior argentino está en jaque. Quizás es hora de mostrar más unidad que nunca entre todos los actores intervinientes y alzar la voz. No sólo para defender el trabajo sino para garantizar un futuro para todos.

 

Fuente: Mg. Yanina S. Lojo - Titular de Consultora Lojo – Comex online