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21/12/2022

POR QUÉ LOS ESPACIOS REGIONALES COBRAN CADA VEZ MÁS PROTAGONISMO EN EL COMERCIO GLOBAL

Más de la mitad de los flujos de comercio internacional ocurre dentro estos bloques, pero en América Latina todavía hace falta aprovechar más el intercambio entre países cercanos




 

Un libro reciente ayuda a entender la importancia de un espacio regional para la competitividad global de los países (su autora es Shannon K.O´Neil, del Council on Foreign Relations y fue publicado este año por Yale University Press con el título -The Globalization Myth. Why Regions Matter-). Uno de sus aportes más destacado es que el mundo actual se ha internacionalizado, pero que en lugar de ser realmente global, se ha regionalizado.

La profundización de los vínculos regionales de un país que aspira a competir con eficacia, son hoy una forma para tener éxito en un mundo conectado internacionalmente y competitivo. Y el libro mencionado agrega que cuando las compañías, los trabajadores, el dinero, las patentes, los bienes y los servicios van hacia afuera, las más de las veces se quedan cerca de su lugar de origen. De ahí que lo que realmente está ocurriendo en la economía global, esté mejor reflejado por el término de –regionalización- que por el de –globalización-. De ahí el título del libro.

En la perspectiva de Shannon O’Neil, el fenómeno de la regionalización es central en la historia económica de nuestro tiempo, pero no todas las regiones son desarrolladas en una forma similar. Su libro se concentra en tres grandes ejes productivos con predominio en la economía mundial. De ellos Asia es el eje más amplio produciendo cerca de la mitad de los bienes. Los otros dos ejes, Europa y América del Norte, producen otro cuarenta por ciento de los bienes mundiales. Más de los dos tercios del comercio europeo es dentro de la Unión Europea; más del 50% del comercio internacional del Asia queda dentro de ese continente; y menos del 50% del comercio de América del Norte corresponde a Canadá, México y los EEUU.

Un dato importante que resalta el libro comentado es que en la actualidad, Asia y Europa hacen cerca de dos de cada tres productos que envían afuera de la respectiva región. Al integrar sus mercados, inversiones y cadenas productivas, las empresas de esas dos regiones son hoy más competitivas a nivel global. Creando bienes y produciendo servicios juntos, los países de los tres grandes bloques regionales a través de las cadenas globales de valor han intensificado los vínculos entre sus países, sus economías y sus sociedades. Más de la mitad de los flujos en comercio internacional ocurre dentro de regiones.

Tengamos en cuenta que el valor potencial de la región sudamericana se ha acrecentado por tendencias profundas que se observan en el sistema internacional. Son tendencias que valorizan, por ejemplo, la capacidad de producir alimentos inteligentes que tiene esta región

En nuestra opinión, el mencionado es un libro que vale la pena leer por quienes operan –o aspiran a operar- en el mundo empresario de una región como la sudamericana que, por cierto, es poco mencionada en su texto. En particular, en un momento en que los países de esta región tendrían muchas razones para interrogarse sobre cómo sacar provecho de los beneficios que podrían extraer, si intensificaran sus esfuerzos para insertarse conjuntamente en el mundo del futuro. Es un libro especialmente recomendable para quienes se forman para asistir y orientar a empresarios, que cada vez más se interrogarán sobre cómo extraer ventajas de su pertenencia a países de la región sudamericana.

Tengamos en cuenta que el valor potencial de la región sudamericana se ha acrecentado por tendencias profundas que se observan en el sistema internacional. Son tendencias que valorizan, por ejemplo, la capacidad de producir alimentos inteligentes que tiene esta región, como así también sus ventajas para la producción de energía en forma compatible con la necesidad de preservar la calidad el medio ambiente. Pero que inciden también en la necesidad de intensificar los esfuerzos orientados a aumentar la densidad de la conectividad física entre los distintos países de la región.

Es en el plano de la organización institucional de la región, a fin de tornarla más funcional para los esfuerzos de competir juntos en los mercados mundiales, donde también se observa la necesidad de una acción colectiva más eficaz. Algunas iniciativas encaradas en los últimos años no dieron en su momento, por distintos motivos, los resultados imaginados. Tal el caso por ejemplo de la creación de instituciones de las que se haya aún sacado pleno provecho de todo su potencial. Es el caso de la Aladi con su instrumento de los acuerdos de alcance parcial. Una lectura cuidadosa de los artículos 7 a 14 del Tratado de Montevideo de 1980 –como también de la Resolución 2 del Consejo de Ministros del 12 de agosto1980, y en especial de su artículo 10- permite apreciar la amplitud de las posibilidades que se pactaron cuando fue negociado, especialmente en la reunión de Acapulco que fue donde realmente se diseñó la normativa de la que sigue siendo las principal organización regional latinoamericanas para el comercio internacional. Tengamos en cuenta que es una normativa que se inserta en el marco más amplio del GATT y luego de la OMC.

Potenciar la capacidad de los países de la región sudamericana para sacar provecho de las nuevas realidades y tendencias que se observan en el plano del comercio internacional, requerirá asimismo intensificar el desarrollo de redes de recursos humanos competentes para asesorar a quienes intentan operar en las realidades empresarias. En todos los países de la región existen instituciones de pensamiento orientado a la acción en materia de comercio internacional. Son instituciones que operan en estrecho contacto con organismos internacionales de financiamiento y cooperación técnica que tienen un papel fundamental en la promoción del desarrollo y del comercio de la región, como son el BID, el INTAL y la CAF. Es mucho lo que hacen y pueden seguir haciendo en el futuro.

 

Fuente: Félix Peña – La Nación