El funcionario -quien desde hace siete meses ocupa el cargo de representante diplomático ante nuestro país- subrayó que, dado el contexto geopolítico y el impacto de la guerra en Ucrania sobre las cadenas de suministro de energía y de alimentos, es el momento oportuno para la ratificación del acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea. -Si no somos capaces de impulsar el acuerdo ahora, no vamos a ser capaces de hacerlo nunca-, enfatizó.
El embajador analizó las derivaciones de la invasión de Rusia a Ucrania, de la que ya se cumplen dos meses. Hizo hincapié en que la respuesta más importante por parte de la Unión Europea se dio en materia de sanciones, y en la activación de ayuda humanitaria y de suministro de armamento bélico a Ucrania, lo que calificó como –histórico-, considerando que la UE se creó de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial. -Ya hemos suministrado material por 1.500 millones de euros sólo a través de las instituciones de la Unión Europea-, puntualizó.
-No estamos en guerra contra Rusia y nuestras sanciones no van en contra del pueblo ruso. Sólo intentamos venir en apoyo de Ucrania-, explicó. No obstante, concedió que los resultados del conflicto son un shock económico, 5 millones de refugiados, un aumento de los gastos militares y un incremento de los precios de la energía. Pero enfatizó: -Es el precio que estamos dispuestos a pagar para estrangular la economía del Kremlin, y reducir la dependencia energética-.
En el mismo sentido, analizó que el gran desafío de la UE es independizarse del gas y el petróleo rusos. -No fuimos capaces de hacerlo desde el 2014, con la anexión de Crimea, e incluso algunos países incrementaron sus importaciones-, admitió. Pero puntualizó que el objetivo de la UE es reducir a dos terceras partes la dependencia del gas y el petróleo de Rusia, de dos maneras: -La primera es la diversificación del suministro con socios más estables como Noruega y los Estados Unidos. La segunda es mediante las energías renovables-.
A la hora de entrever el futuro del conflicto, afirmó que -el Presidente Putin es el único que puede parar la guerra. Es su guerra. Ojalá las negociaciones que se están llevando a cabo puedan llegar a un punto de quiebre-. No obstante, admitió que -el Presidente Putin tiene fobia a que el modelo democrático y de defensa de derechos humanos penetre en Rusia y, por lo tanto, necesita de una barrera, con títeres, como en el caso de Bielorrusia, o una zona de inestabilidad, como en Ucrania-. Por eso, no descartó que -aspire a una guerra de dos o tres años, para mantener la zona de conflicto-.
Fuente: UB - Comex on Line