Los puntos que destacaron fueron:

1) Crisis de espacios

Como consecuencia del cierre y congestión de puertos, hubo serias alteraciones en los schedules. Se cancelaron servicios a puertos secundarios y se acumularon contenedores esperando ser cargados.

Estos desequilibrios también generaron serios trastornos en puertos directos.

2) Fuerte congestión en puertos de USA y Europa

Si bien la performance de puertos del Lejano Oriente al día de hoy siguen en la rada del puerto de Los Ángeles. Más de 100 buques esperan poder ser descargados. Sumado a esto, se produce una histórica falta de camiones y serias dificultades para devolver los contenedores vacíos a las líneas.

3) Acumulación de contenedores

En algunos territorios receptores, alteraron Ios flujos normales y produjeron falta de equipos en puertos de Lejano Oriente.

4) Falta de contenedores

Ante esta situación, los armadores decidieron poner en el circuito de transporte de cargas contenedores que habían sido retirados por su antigüedad o su mala condición. Territorios secundarios (como África y Sudamérica) son los mercados en los que los armadores volcaron esos equipos. Por lo que creció fuertemente la queja de los clientes.

5) Días libres

Hubo una reducción de los días libres para el uso de los contenedores, una consecuencia más ante la faltante referida.

6) Una cosa lleva a la otra

La sumatoria de estas situaciones complejas generó un histórico aumento de fletes (entre 300 y 500 por ciento sobre los niveles normales para la pre pandemia).

7) Los armadores

En general, están concentrando su oferta en puertos directos, desestimando los puertos secundarios o puertos con transbordos.

¿Qué podemos esperar para el 2022?

Podernos decir, para el 1er semestre que tenemos consenso: nadie estima cambios.

Para el 2do semestre, el grupo optimista apuesta a mejoras graduales, mientras que los pesimistas estiman que, Ilegado el 1er semestre de 2023, vamos a estar hablando de los mismos temas.

Fuente: Transportes y Comercio Exterior